Los polímeros son una parte esencial de la vida humana, especialmente desde el siglo pasado, cuando se desarrollaron y fabricaron en masa los polímeros sintéticos. Sin embargo, esto ha tenido consecuencias drásticas para la salud del planeta. Así, han surgido alternativas como los biopolímeros.
En teoría, no todos los polímeros sintéticos representan una amenaza para la conservación de la naturaleza. Sin embargo, es común que incluso los compuestos reciclables y reutilizables se eliminen de forma incorrecta, lo que también tiene consecuencias negativas.
Por lo tanto, usar polímeros biodegradables en nuestra vida diaria es una excelente manera de minimizar el impacto que causamos en el medio ambiente. Para entender mejor lo que esto significa, consulta el siguiente artículo que ha preparado Polyexcel.
Los polímeros y el impacto ambiental
Como explicamos anteriormente en el blog de Polyexcel, los polímeros pueden ser naturales o sintéticos, encontrados orgánicamente en la naturaleza o creados en un laboratorio, respectivamente. Desde el siglo XIX, los naturales ya formaban parte de la vida de los seres humanos.
En la década de 1930, se desarrolló el primer polímero sintético, que revolucionó la industria de los polímeros. Aunque los polímeros naturales habían servido bien a las necesidades de la sociedad hasta ahora, se sabía que la materia prima no sería suficiente y limitaría la evolución tecnológica.
Así, a partir del descubrimiento de los polímeros sintéticos, se creó un movimiento gigantesco para reemplazar las herramientas que ya existían. Las botellas de vidrio se convierten en PET, las bolsas de supermercado se convierten en bolsas de polietileno y luego todo se convierte en plástico.
Como los plásticos son reciclables, eso no sería un problema, ¿verdad? La cuestión es que no todos los polímeros sintéticos son plásticos: algunos son termoestables, que no son reciclables y básicamente duran para siempre. Los termoplásticos son reciclables siempre que estén debidamente destinados a este fin, lo que no siempre es así.
Desde el siglo pasado, se han fabricado en el mundo alrededor de 9 mil millones de toneladas de polímeros sintéticos. Según WWF, solo el 10% de todo este material fue reciclado, mientras que el resto terminó en los océanos o vertederos. Por lo tanto, a medida que crecían las preocupaciones ambientales, los polímeros comenzaron a llamar la atención.
El (re)surgimiento de los biopolímeros
A pesar de ser comúnmente tratados como una novedad revolucionaria, los biopolímeros han existido y los hemos utilizado durante mucho tiempo. Hay registros del uso de polímeros de este tipo en el año 1000 a.C. y, hasta el descubrimiento de los sintéticos, fueron protagonistas en la vida cotidiana de las sociedades.
Sin embargo, como los sintéticos son mucho más prácticos y baratos de producir, se dejó de lado a los polímeros naturales. Esto duró hasta que la preocupación por el impacto en el medio ambiente hizo que los investigadores en la materia buscaran alternativas más sostenibles y, sin embargo, más económicas.
Surgieron así los “nuevos” biopolímeros, que en inglés se denominan bio-based polymers. La traducción al español sería algo así como “polímeros de origen natural”, lo que explica de manera más directa qué son los biopolímeros de que se habla tanto hoy en día.
Como explicamos anteriormente, aunque todavía sirven para algunos propósitos, la industria no favorece el uso de polímeros naturales por varias razones. De esta manera, los biopolímeros son una alternativa que utiliza estos polímeros naturales junto con tecnologías sintéticas para crear materiales ecológicos.
¿Cómo se hacen?
Brevemente, los biopolímeros se fabrican a partir de materias primas de fuentes renovables. De la misma manera que los sintéticos comúnmente provienen del petróleo, los polímeros naturales como el almidón y la celulosa pueden formar la base de estos materiales.
Cómo incorporarlos a la vida cotidiana.
Con el auge de la cuestión de la preservación ambiental en la industria de polímeros, se están realizando varios estudios sobre la adhesión de biopolímeros, polímeros biodegradables y polímeros verdes.
Para facilitar la transición y asegurar una mayor sostenibilidad durante este proceso, ya existen tecnologías que permiten la creación de biopolímeros sintéticos. Utilizan fuentes renovables y otros procesos sintéticos para crear materiales ecológicos.
Además de estos avances, ahora es posible encontrar alternativas más sostenibles en algunos artículos que usamos a diario. Algunos ejemplos son las bolsas de plástico biodegradables, la ropa hecha con materiales viejos y los envases de alimentos biodegradables.
Si aún no existe un sustituto sostenible para el material que usas habitualmente, una buena alternativa es investigar si la empresa que lo fabrica tiene buenas prácticas en relación con el medio ambiente. Las políticas de reducción y retorno de emisiones de carbono son excelentes ejemplos de este tipo de movimiento.
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